Comunicar la muerte de un ser querido a los niños
A continuación, os presentamos las claves sobre cómo comunicar la muerte de un ser querido a los niños, a los pequeños de la casa. Se trata de orientaciones para el adulto que va a comunicar a un niño la muerte de una persona representativa en la vida del pequeño.
CLAVES PARA COMUNICAR LA MUERTE DE UN SER QUERIDO A LOS NIÑOS:
- Algunas pérdidas implican no sólo la muerte de una persona querida, sino un importante cambio en la vida del pequeño. Por lo que al comunicar el fallecimiento, deberá tenerse en cuenta que a partir de ese momento la vida del pequeño no volverá a ser igual.
- El niño necesita conocer dos cuestiones decisivas: que el ser querido que ha fallecido no regresará y que su cuerpo será enterrado o incinerado.
- El lenguaje que empleamos con los niños debe ser simple y ausente de ambigüedades en todas las ocasiones. Se trata de una noticia de una gran intensidad emocional para los niños, independientemente de su desarrollo cognitivo para afrontar esta realidad.
- Como los niños no saben cómo reaccionar cuando recibe una noticia de este tipo, necesita sentirse acompañado por un adulto en disposición de escucha positiva para que el niño pueda expresar sus dudas e inquietudes.
- En los casos en los que el adulto que se encargue de dar la noticia haya pasado también por una experiencia de duelo en su infancia, éste no puede dar por supuesto que el niño al que se dirige lo vivirá del mismo modo.
¿QUIÉN se encarga de comunicar la muerte de un ser querido a los niños?
Siempre que sea posible la noticia ha de comunicarla un pariente o amigo cercano de la familia, en cualquier caso una persona que tenga una buena conexión afectiva con el niño.
Cuando el fallecido es uno de los progenitores y es el otro progenitor quien lo comunica, conviene que también esté presente, o al menos muy próxima, otra persona con la que ambos, niño y adulto, tengan una buena relación y que pueda moderar o atenuar las posibles reacciones ante una situación tan dura tanto por parte del niño como por el propio padre o madre viudos.
¿CUÁNDO comunicar la muerte de un ser querido a los niños?
Lo antes posible, siempre que los adultos afectados hayan tenido ocasión de recomponerse al menos mínimamente ante el impacto que ha supuesto para ellos.
Siempre antes del entierro, para que se pueda dar la oportunidad al niño de acudir al funeral o estar presente en parte del ritual. Si la edad del niño lo permite, cabe considerar su deseo de asistir, siempre con las cautelas oportunas por parte de los adultos acompañantes.
¿DÓNDE comunicar la muerte de un ser querido a los niños?
Es preciso dar la noticia en un lugar tranquilo, que permita un tiempo para la adaptación inicial al suceso traumático. Conviene que sea un lugar familiar para el niño, si puede ser en su propio hogar esto sería lo más adecuado.
¿CÓMO comunicar la muerte de un ser querido a los niños?
- Con un tono de voz cálido, evitando eufemismos, términos abstractos, y expresiones que puedan confundir al niño: “como cuando alguien se va a dormir”, “se ha ido de viaje”, etc.
- Evitando explicarlo desde el entendimiento cultural o religioso de la muerte que tenga el adulto que lo comunica, sobre todo si el niño no está familiarizado con ello (Por ejemplo, «se ha ido al cielo» ).
- Aportando una información clara y concreta para paliar la dificultad de que el niño no entienda lo que se le explica, por su nivel cognitivo o por la carga emocional del momento.
- No hay que tener miedo de utilizar la palabra muerte ni de explicar que esta es irreversible, definitiva y acontece como consecuencia del fin de las funciones vitales: el cuerpo ya no piensa, no siente, no ve, no camina, no habla, etc.
- Explicando brevemente el suceso («iba conduciendo y ha tenido un accidente, sabes que estaba muy, muy enfermo y finalmente ha muerto«), evitando demasiadas explicaciones en las que el niño pueda perderse.
- Repetir el adjetivo “muy” puede ser de utilidad con los más pequeños.
- Dando oportunidad a que el niño pueda hacer preguntas y normalizando la reacción que pueda tener. En ocasiones, los niños pueden hacer preguntas incómodas para el adulto dolido. El pequeño no debe sentirse mal por formularlas
- Evitar frases como: “los niños no lloran”, “ya eres muy mayor”, “tienes que ser valiente”, etc.
- Responder con sinceridad, si algo no podemos responder en ese momento podemos decirle al niño que buscaremos la respuesta o simplemente que no lo sabemos.
- Evitar explicaciones fantasiosas que fomenten conceptos erróneos en el niño.
- Entre todas las dudas que le puedan surgir, el niño encontrará respuestas en lo que no le ocurrirá a la persona fallecida: «ahora no tendrá frío, no le duele nada o no puede oír».
- Cuando el fallecido es una persona esencial en la vida del niño, su mundo se tambalea. Por ello, es muy importante que en el momento de la comunicación esté presente la transmisión del sentimiento de seguridad y cuidado.
TE ACOMPAÑAMOS
En ocasiones, estas claves para comunicar la muerte de un ser querido a a los niños, pueden no ser suficientes. En estos casos, una terapia psicológica adecuada puede ayudar mucho a los niños a afrontar la pérdida y el duelo de un ser querido. Buscar ayuda, apoyo y adquirir conocimientos sobre este doloroso tema es fundamental para recuperarse.