|
Aunque la primera impresión puede llevarnos a la idea contraria, lo cierto es que las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres no son tan grandes. Nuestros órganos sexuales son similares en cuanto a su estructura. En los primeros estadios del desarrollo embrionario, apenas se diferencian los órganos exuales del embrión XX (mujer) de los del XY (varón). No obstante, los órganos sexuales suponen la mayor diferencia anatómica entre hombres y mujeres. Por esta razón, los órganos sexuales también se denominan "características sexuales primarias". Desde el punto de vista estructural, los órganos sexuales externos de la mujer comprenden las siguientes partes: 1. El monte de Venus. Área anatómica que se sitúa en la zona del pubis. Consiste en una zona donde la piel se encuentra recubierta de vello y bajo la cual un tejido graso cubre la zona de unión de los huesos púbicos en la zona frontal del cuerpo, justo debajo del abdomen y encima del clítoris. Esta zona funciona como un “cojín amortiguador” durante el coito y protege a la mujer y a su pareja de la presión contra el hueso pubiano que se produce como consecuencia de los empujes. Está inervado por una gran cantidad de terminaciones nerviosas de forma que resulta muy sensible al tacto y las caricias pueden producir sensaciones placenteras. 2. Los labios mayores. Están constituidos por 2 pliegues o salientes de la piel que rodean la entrada de la vagina y se fusionan por delante en el monte de Venus y por detrás en la horquilla perineal. En ausencia de estimulación sexual, normalmente estos labios se superponen, proporcionando protección al orificio vaginal y la uretra. El tejido que los constituye es semejante a la piel y está provisto de vello y glándulas sudoríparas y sebáceas. 3. Los labios menores. Formados por dos finos pliegues de piel, situados por dentro de los mayores. Están recorridos por una densa red de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, por que resultan muy sensibles al tacto. Por delante se desdoblan formando un tercer pliegue que cubre el glande del clítoris. Este pliegue algunas veces se denomina “prepucio del clítoris”. Es una zona de gran sensibilidad. A diferencia de los labios mayores, no tienen vello, aunque sí abundantes glándulas sebáceas. 4. El clítoris. Está situado por debajo de los labios mayores y entre los repliegues de los labios menores. Se encuentra profundamente introducido a ambos lados del arco del pubis, en su extremidad libre y externa o zona visible constituye el glande femenino. Es un órgano que posee numerosos vasos sanguíneos y nervios que le dotan de una especial sensibilidad. Es la parte visible de un sistema de cuerpos cavernosos que prosigue con un cuerpo clitoridiano y dos raíces en el interior del cuerpo de la mujer. Junto a cada una de las dos raíces del clítoris hay otro órgano que es también eréctil, más elástico y tiene forma alargada y suelen contarse como parte de la entrada vaginal. Todo el sistema de cuerpos cavernosos puede entenderse como una unidad que en su mayor parte se encuentra oculta en el interior del cuerpo y de la que sólo es visible el glande del clítoris. Éste se sitúa en parte cubierto por su prepucio, bajo el monte de Venus en el lugar en que los labios internos se juntan. El único objeto del clítoris es actuar como receptor y transformar los estímulos sexuales. 5. Introito vaginal. Es el orificio que marca el principio de la vagina y en él se encuentra el himen. El himen puede romperse en diversas situaciones a lo largo de la vida de la mujer y presenta diferentes formas. Justo al lado de la entrada vaginal, a ambos lados de los labios menores, se encuentran las glándulas de Bartolino, que producen gotas de un fluido lubricante durante la excitación. 6. Uretra o meato urinario. Es el conducto excretor de la orina que se extiende desde el cuello de la vejiga hasta el meato urinario externo. En la mujer la uretra tiene una longitud entre 2,5 y 4 cms y desemboca en la vulva entre el clítoris y el introito vaginal. Esta corta longitud de la uretra explica la mayor susceptibilidad de infecciones urinarias en las mujeres. La respuesta sexual: una respuesta del cuerpo entero El término "sexual" indica que estas partes del cuerpo están implicadas en la respuesta sexual. Sin embargo, queremos señalar que, en contra de lo que mucha gente piensa, los órganos sexuales no son los únicos órganos implicados en la respuesta sexual, sino que ésta es una respuesta del cuerpo entero. Así la boca y la piel, por ejemplo, son órganos también "sexuales" porque transmiten y reciben estímulo sexual. Si desea ponerse en contacto con nosotros, puede hacerlo en horario de 9 a 20 de lunes a viernes a través del teléfono fijo 960 800 108 y las 24 horas del día a través de nuestro formulario de contacto.
| 
