Es normal que a lo largo de la infancia el niño manifieste tanto sus preferencias como su rechazo por ciertos sabores y alimentos o por alguna forma de preparación. Estas preferencias y rechazos suelen ir evolucionando con los años, pasando por diferentes texturas, gamas de alimentos, olores y sabores a lo largo de la primera infancia. El problema se presenta en aquellos niños que, a pesar de tener edad de comer todo tipo de alimentos y formas de preparación, se niegan a comer algunos, a comerlos si no están triturados, o se niegan a comer en algunos lugares determinados (por ejemplo, el comedor escolar), o no comen si no se dan determinados circunstancias (como jugar o ver la TV mientras come). En algunos casos, el rechazo corresponde a preferencias reales por sabores o texturas (p.ej. el sabor de las alcachofas o la textura de la coliflor), que pueden ser eliminados de la dieta del niño y sustituidos por otro tipo de alimentos sin que afecte a sus necesidades nutricionales. Sin embargo, en muchos casos este rechazo afecta a una amplia gama de alimentos (verduras, carnes, pescados, etc.) que no pueden ser eliminados en su totalidad de la dieta del niño. Uno de los rechazos más frecuentes es el de los alimentos sólidos, que normalmente aparece ante los primeros intentos de pasar de los purés a los alimentos sin triturar. Suele ser más frecuentes en niños de bajo peso, aunque habitualmente en los límites de la normalidad y de escaso apetito a los que no les suele importar pasar un tiempo sin comer. También es frecuente que el niño se niegue a comer en determinadas circunstancias (p.ej. si no se lo da la madre, si no ve mientras tanto los dibujos, etc.). Tratamiento del problema de alimentación: niños que no comen, niegan y rechazan alimentos En los problemas leves de alimentación, como el que nos ocupa, y siempre que se haya descartado la existencia de cualquier problema orgánico susceptible de tratamiento médico, nuestra intervención suele basarse únicamente en procedimientos conductuales, aplicados por padres (previamente entrenados) y en su propia casa. Nuestra intervención terapéutica suele descansar, básicamente, en la reorganización de las contingencias que suceden en torno a la hora de comer. Puesto que las estrategias terapéuticas deben aplicarse en el hogar y en tres o cuatro ocasiones cada día, la participación de los padres es imprescindible. En muchas situaciones, sobre todo cuando se tratan de niños muy pequeños, la intervención descansa únicamente en la actuación de los padres que, debidamente entrenados, son los únicos agentes del cambio. Si desea ponerse en contacto con nuestro Centro de Psicología Infantil, en Valencia, puede hacerlo en horario de 9 a 20 de lunes a viernes a través del teléfono 960 800 108 y las 24 horas del día a través de nuestro formulario de contacto.
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