Tics nerviosos en niños

¿Qué son los tics infantiles?

Los tics son movimientos involuntarios y repetitivos, o bien, una producción de ruidos y vocalizaciones también involuntarias y repetitivas.

Se clasifican en dos tipos: motores simples, cuando afectan a un solo músculo o grupo muscular, o motores complejos, cuando afectan a varios grupos musculares.

Características de los tics infantiles

Los tics nerviosos más frecuentes son los asociados a movimientos o guiños de ojos, sacudidas de cabeza (tics faciales) y encogimiento de hombros. En general, los tics infantiles son transitorios y suelen reaparecer con más frecuencia e intensidad en periodos de estrés, excitación, preocupación o aburrimiento.

Son más frecuentes en la infancia y, aunque pueden aparecer desde los dos años de edad, es más frecuente su inicio en niños entre los cinco y los ocho años de edad.

Tratamiento psicológico de los tics infantiles

Algunas señales que nos indican que es necesario que sean debidamente tratados son  las siguientes:

• Los tics interfieren en las relaciones del niño con sus amigos y compañeros. El niño con tics puede sentirse diferente a los demás, lo que aumenta su ansiedad y, por tanto, la frecuencia del tic. A menudo, los niños intentan  controlar el movimiento automático del tic motivado por los comentarios desafortunados que le hacen los compañeros en el colegio u otras personas de su entorno. Sin embargo, como el niño desconoce la forma eficaz de hacerlo, no lo consigue, se frustra, se siente impotente, con lo que aumenta su ansiedad y, como consecuencia, los tics.

• Se acompañan de ecolalia, alilalia o coprolalia.

• Se acompañan de tos persistente.

• Afectan a partes del cuerpo que no son las habituales (cabeza, cara y hombros).

• Su intensidad o frecuencia aumentan,  o la duración es superior a un año.

Generalmente, los tics nerviosos de los niños requieren tratamiento psicológico, orientado a ayudar al niño a descubrir y a  hacer frente a la ansiedad que se los provoca, así como a reducir y/o suprimir los síntomas. También es parte fundamental  del tratamiento orientar a los padres y a las personas que rodean al niño a adoptar la actitud adecuada que le ayude a superar con éxito sus tics nerviosos.

Cuando los tics se mantienen en el tiempo y provocan un malestar significativo en el  niño, es conveniente buscar la ayuda de un especialista.

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