La discapacidad física puede devenir de múltiples formas, su evolución varía en cada persona y puede afectar de forma, más o menos directa, al desarrollo y vivencia de su sexualidad. Por esta razón, es un fracaso garantizado tratar de generalizar la sexualidad de las personas con discapacidad. Cada discapacidad es distinta y dentro de cada enfermedad encontramos diferencias individuales. Además, existen diferencias notables en la personalidad de cada cual a la hora de afrontar las limitaciones de su vida sexual. ¿Qué problemas o disfunciones sexuales podemos encontrar en personas con discapacidad física? Las discapacidades físicas producidas por un problema neurológico provocan en el organismo una serie de cambios que, en ocasiones, producen un deterioro o la imposibilidad de vivir la sexualidad de la misma manera que se vivía con anterioridad. Es fundamental entender que, a pesar de la mayor o menor gravedad de la discapacidad en cada caso, la persona es y seguirá siendo un ser sexuado, con capacidad de desear, de ser deseado, de amar y ser amado, de dar y recibir placer. Por tanto, no hay motivo para pensar que necesariamente la discapacidad física suponga el final de la vida sexual de la persona. Atendiendo a su origen, podemos clasificar los problemas sexuales en los siguientes grupos: 1. Disfunciones o problemas sexuales primarios. Serían aquellos que están provocadas directamente por los cambios neurológicos propios de la enfermedad, entre los que se encuentran: 2. Disfunciones o problemas sexuales secundarios. Serían aquellos que aparecen en las personas con lesión neuronal, pero que se deben a síntomas que no afectan de manera directa a los órganos genitales, entre los que se encuentran: 3. Disfunciones o problemas sexuales terciarios. Serían aquellos que aparecen como consecuencia de factores psicológicos, sociales y culturales relacionados con la discapacidad física, entre los que se encuentran: Rol cuidador - enfermo. Cuando la tarea de llevar a cabo la mayoría de los cuidados recae sobre la pareja del discapacitado, la relación de pareja puede verse severamente afectada ya que el erotismo se alimenta de una parcela de intimidad que compartimos con el otro de vez en cuando. Mostrarse constantemente puede acabar con la intimidad del enfermo y complicar sobremanera la diferenciación de rol de amante cpn el de enfermo-cuidador.
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