Uno de cada tres niños tiene problemas para dormir que afectan a diferentes aspectos de su vida, como el humor con que se levantan o la atención que prestan en el colegio. Los niños que duermen menos tiempo del necesario son más vulnerables a una gran cantidad de problemas como la ansiedad, la ira o ciertas enfermedades físicas. Y también los padres se ven afectados por estas circunstancias. Los motivos que provocan la falta de horas de sueño de niños y padres pueden ser diversos. La lista está encabezada por los miedos y temores nocturnos, seguidos de ciertas demandas de los niños justo a la hora de irse a la cama (por ejemplo, tareas escolares, ver la televisión, poco tiempo de convivencia familiar) y de la incapacidad para calmarse y reposar por las noches. Es decir, en la mayoría de los casos, estos problemas se deben a una falta de hábitos o a que se practican de una forma incorrecta. La Asociación Americana de los Trastornos del Sueño (ASDA) divide los trastornos del sueño en disomnias y parasomnias. 1. Las parasomnias. Son alteraciones que ocurren durante el sueño o durante la transición del sueño a vigilia. Son habituales en los niños, ya que muchas de ellas forman parte de su desarrollo normal, aunque en algunos casos se hacen crónicas y se convierten en trastornos. Entre las parasomnias se encuentran: 2. Las disomnias. Son alteraciones que afectan a la cantidad, calidad o duración del sueño. Entre las disomnias se encuentran: Dormir menos tiempo del necesario conlleva problemas de tipo fisiológico que dificultan la capacidad de conciliar el sueño al día siguiente, creándose una espiral difícil de romper. Si desea ponerse en contacto con nosotros, puede hacerlo en horario de 9 a 20 de lunes a viernes a través del teléfono 696 347 664 y las 24 horas del día a través de nuestro formulario de contacto.
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