Niños que se muerden las uñas

¿Qué es la onicofagia?

La onicofagia es un hábito nervioso caracterizado por la costumbre persistente de morderse las uñas. Los niños que tienen este hábito acostumbran a revisar, táctil o visualmente, sus uñas en busca de asperezas para igualarlas. También es habitual que utilicen las uñas de sus pulgares para cortar las uñas de otros dedos y posteriormente proceder a morderlas, que se muerdan los padrastros o incluso morderse la piel que hay en las falanges del pulgar.

Consecuencias de la onicofagia

El hábito nervioso de morderse las uñas, además de afectar a la estética de las uñas, de los dedos e incluso de los dientes, puede tener consecuencias físicas de interés clínico. Por ejemplo, dolor, heridas e infecciones en los dedos, desgaste y astillamiento de los incisivos centrales superiores, labios cortados, aftas, etc.

Puede generar también malestar emocional: tristeza, vergüenza, enfado con uno mismo, etc. Estos aspectos pueden ir acompañados de críticas o burlas por parte de  familiares, compañeros de clase, amigos, etc.

Prevalencia de la onicofagia

La onicofagia suele aparecer después de los tres años de edad, y es a partir de los seis años cuando aumenta notablemente su prevalencia. Los datos existentes al respecto apuntan a que este hábito nervioso se da aproximadamente en uno de cada tres niños. Algunas encuestas indican que se muerden las uñas alrededor del 45% de los niños pequeños, el 25% de los estudiantes universitarios y cerca del 10% de los adultos mayores de 35 años. En definitiva, una de cada dos personas se ha mordido las uñas durante algún periodo de su vida.

Causas de la onicofagia

Hoy en día se desconoce con exactitud la verdadera causa de los trastornos por tics y hábitos nerviosos, entre los que se encuentra la onicofagia. Por este motivo, son múltiples las líneas de investigación que, desde diferentes perspectivas, tratan de esclarecer el origen y mantenimiento de estos problemas.

• Teorías Biológicas. Las teorías biológicas sobre la etiología de los tics se han centrado en aspectos genéticos, neuroanatómicos y neuroquímicos.

• Teorías psicológicas. Por su parte, las teorías psicológicas y ambientales afirman que la predisposición genética a los trastornos por tics puede ser modificada por factores ambientales, acontecimientos estresantes, influencias sociales, cambios evolutivos y contingencias de reforzamiento.

Tratamiento psicológico de la onicofagia

Actualmente contamos con tratamientos psicológicos de gran utilidad terapéutica para ayudar a los niños a dejar de morderse las uñas. Concretamente, y con respecto a los tratamientos conductuales, el procedimiento de inversión del hábito es el tratamiento psicológico que ha mostrado una mayor eficacia en el hábitos nervioso de morderse las uñas. Este procedimiento incluye el aprendizaje de los siguientes aspectos:

• Entrenamiento en conciencia del problema: análisis de los inconvenientes.

• Aprender la identificación temprana de las acciones que preceden a la onicofagia.

• Aprender a detectar las situaciones que afectan a la ocurrencia de morderse las uñas.

• Entrenamiento en relajación.

• Entrenamiento y práctica de respuestas competitivas de forma contingente a la conducta de morderse las uñas.

• Búsqueda de apoyo social. Es muy importante que en el tratamiento de la onicofagia se involucren algunas de las personas más significativas para el niño (padres, hermanos, profesores, amigos, etc.). Estas personas pueden actuar como coterapeutas de gran ayuda.

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