EL INCÓMODO MIEDO A LA SOLEDAD
Una de las problemáticas que estamos tratando en los últimos años cada vez con mayor frecuencia en el Centro de Psicología López de Fez en Valencia es la relacionada con la soledad. Y no nos referimos evidentemente a la soledad física, al hecho de “estar con nosotros mismos” y los inconvenientes que en su caso ello pueda suponer (sobre todo en personas mayores), sino al sentimiento de soledad que a veces podemos llegar a experimentar, una sensación angustiosa, que nos oprime, y que suele verse alimentado y potenciado por el propio miedo a la soledad que algunas personas albergan dentro de sí mismas ya de partida.
Cuando hemos llegado a este punto nuestro bienestar emocional se ve alterado, se produce un desequilibrio vital que nos impide ser felices y sentirnos cómodos en la vida, y es el momento de decidirse a combatir la soledad con ayuda profesional experta para volver a recuperar la felicidad, el equilibrio interior y la serenidad.
De entrada, debemos ser conscientes de que nos encaminamos hacia una sociedad cada vez más aislada. Esto puede parecer paradójico en la era de las comunicaciones digitales y las redes sociales, pero no nos referimos a las “comunicaciones virtuales” y a distancia –que sí se han incrementado mucho– sino a las relaciones interpersonales de forma presencial (física) y sobre todo a la calidad de dichas relaciones: el tiempo que les dedicamos (siempre escaso hoy en día…), el interés que ponemos en ellas, el “toque humano” que proyectamos, la profundidad a la que llegamos…
¿Cuáles son las causas del miedo a la soledad?
Básicamente y resumido de forma genérica nuestro miedo puede venir por una de estas dos causas o por ambas:
1. Nos incomoda y abruma estar con nosotros mismos. Esto a su vez puede ocurrir porque no hay un autoconocimiento suficientemente lo que provoca, aunque parezca mentira, que uno se sienta un poco “un extraño” frente a sí mismo, o incluso que “no se guste” por alguna razón (que habría que tratar) y por tanto evite el estar a solas consigo mismo.
Esta angustia también puede ocurrir por una falta de autoestima y de confianza en las posibilidades de uno mismo, lo que lleva a creer que sólo en compañía de otros será capaz de salir adelante en la vida; por ejemplo: se dan situaciones de relaciones de pareja insatisfactorias en las que uno de los miembros de la pareja no da el paso hacia la ruptura a pesar de ser infeliz porque piensa que fuera de esa relación apenas habrá oportunidades para ella/él y el sentimiento de soledad acongoja…
2. Carencias en habilidades sociales. Independientemente de que no debemos de tener miedo a la soledad si por circunstancias diversas nos toca vivir un período de nuestra vida más en soledad, lo que sí es cierto es que el ser humano es un “animal social” y es normal desear tener contacto con otras personas, comunicarnos con ellas, compartir con ellas momentos de todo tipo.
Y aquí entran en juego las habilidades sociales, pues no todo el mundo poseemos de entrada las mismas. Si una persona es consciente de que su fuerte no son las habilidades sociales, y sobre todo a partir ciertas edades (de los cuarenta en adelante), puede provocarle miedo a la soledad, esa sensación triste y angustiosa de la que antes hablábamos, pues piensa que no será capaz de integrarse socialmente más allá del que es (o había sido) su entorno social próximo.
¿Cuáles son las claves para combatir la soledad?
En el Centro de Psicología López de Fez, trabajamos con las personas que sufren soledad en las siguientes vertientes:
- Autoconocimiento profundo. Conocernos bien a nosotros mismos nos ayudará a aceptarnos mucho mejor, a encontrarnos más cómodos en nuestra propia compañía. Incluso a saber disfrutar y sacar partido de algunas ventajas que nos brinda la soledad. De esta forma el miedo se va diluyendo.
- Restañar heridas o conflictos internos, en caso que los haya. Igualmente esto nos ayuda a estar más serenos y en paz con nosotros mismos, en definitiva más a gusto, y por tanto esa especie de necesidad de evitar siempre y a toda costa estar solos –y que nos hace sufrir si no lo conseguimos– irá desapareciendo.
- Trabajar la autoestima, la plena confianza en uno mismo, el poder de la voluntad. Cuando una persona tiene una autoestima adecuada y es consciente de sus posibilidades, los miedos a ser una especie de “desvalido por la vida” si se encuentra en soledad se van tornando en lo que son: falsos (siempre y cuando aportemos por nuestra parte).
- Diseñar un “plan de vida”. ¿Cómo quisiera enfocar mi vida? Es cuestión de ponerse manos a la obra, identificar los medios y las iniciativas que serían necesarias emprender –siempre de una manera realista– para dar un cambio de rumbo a mi vida. La soledad no tiene por qué ser en la mayoría de las ocasiones una situación de por vida. Aunque mientras esta persista, seré capaz de sobrellevarla sin angustia y hasta de disfrutarla.
- Trabajar las habilidades sociales, en caso que sea necesario. Esto nos permitirá tener más éxito en las relaciones interpersonales, a integrarnos mejor, a incorporar a otras personas a nuestro círculo de amistades. Poco a poco nos convenceremos de que la soledad, en caso que la vivamos, será una etapa pasajera (a la que, insisto una vez más, aprenderemos a sacar el máximo partido mientras dure…).
Si estás decidido a superar la soledad, entendida como algo que actualmente está afectando negativamente a tu vida, puedes contar con la ayuda del equipo de psicólogos del Centro de Psicología López de Fez. Puedes hacerlo presencialmente en nuestro Centro en Valencia o bien a distancia través de nuestro canal de psicología online.
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