La Ansiedad y el Hombre de las Cavernas
La ansiedad constituye una de las más antiguas y primitivas emociones. Imaginémonos en el pasado, hace miles de años. Formamos parte de una tribu cazadora y, con herramientas de la Edad de Piedra, ponemos trampas siempre que podemos.
Un día, entre unos árboles, divisamos un gran depredador. Somos pequeños, estamos solos y desarmados. En estas circunstancias, en nuestra mente aparecen varias reacciones posibles:
- Quizás nos preguntemos si debemos permanecer quietos y esperar que el animal no nos vea o si debemos huir con lo que podríamos incitarle a perseguirnos.
- Tal vez pensemos que la mejor defensa es el ataque y debamos acercarnos a la bestia y tratar de espantarla.
- O bien, si se trata de un fornido macho dominante de nuestra especie, podríamos adoptar una pose sumisa y ofrecerle gratificación sexual a fin de quitar hierro a su hostilidad.
Todas estas reacciones son válidas en la situación amenazadora en que se encontraban nuestros antepasados, cuando tenían que decidir qué sería más eficaz en una circunstancia excepcional.
La ansiedad en el siglo XXI
En la actualidad, aún conservamos estas reacciones. Desde luego, el estímulo de la gran bestia aterradora ha desaparecido (salvo en circunstancias excepcionales), pero nuestras reacciones frente a la ansiedad son las mismas.
Dado que las amenazas a nuestra supervivencia son mucho más sutiles y suelen contener una dimensión psicológica, en general no solucionamos nuestra ansiedad como lo hacían nuestros antepasados. No podemos regresar a la caverna y decirle a nuestro compañero:
“Estuve cerca de un tigre gigantesco. Me quedé despavorido y no moví ni una pestaña durante veinte minutos, y la bestia ni siquiera me vio. Tenía el corazón en un puño, pero se fue en otra dirección y aquí estoy, sano y salvo”.
A diferencia de nuestros antepasados, no contamos con medios físicos para procesar nuestras reacciones de ansiedad y no nos queda más remedio que padecerlas. Estas reacciones son:
La mayoría de nuestras reacciones no son pura y exclusivamente las arriba descritas, sino que incluyen algo de todas, según la amenaza a la que nos enfrentamos.
Vencer la ansiedad
Una terapia psicológica adecuada puede ayudar a averiguar qué ansiedades provocan reacciones y qué reacciones son éstas. Por ejemplo:
- La ansiedad en tus relaciones: ¿hace que desees huir?
- La ansiedad en tu lugar de trabajo: ¿te lleva a querer someterte?
- ¿O te dejan petrificados todos los conflictos?
Si deseas ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos especialistas para superar su problema de ansiedad, puedes hacerlo en horario de 9 a 20 de lunes a viernes a través del teléfono fijo 960 800 108 y las 24 horas del día a través de nuestro formulario de contacto.
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