¿Qué es el TDAH? El TDAH es un trastorno heterogéneo que se puede presentar de formas distintas en niños y en niñas y a lo largo de las diferentes edades (preescolar, niño, adolescente y adulto), por lo que no en todos los casos resulta sencillo reconocerlo. No hay recetas simples que puedan servir para todas las personas con TDAH. Siempre es de comienzo en la infancia, de hecho, uno de los criterios para diagnosticarlo es que los síntomas aparezcan antes de los 7 años. Síntomas del TDAH Los niños que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad se caracterizan por niveles de inatención, impulsividad y actividad mucho más altos de lo esperable para su edad. A veces, solamente está presente la inatención, y otras solamente la hiperactividad e impulsividad. El TDAH es un trastorno que se caracteriza por tres síntomas primarios: el problema atencional, la impulsividad y la hiperactividad. Cada uno de ellos puede presentarse en intensidades distintas. Por ello, se subdivide en tres subtipos: Tipo impulsivo-hiperactivo: Son niños en los que predomina las conductas impulsivas y la hiperactividad. Las primeras hacen que el niño emita respuestas o conductas precipitadas. La segunda se refleja por la inquietud motora en momentos en los que los niños que no padecen el trastorno, normalmente, permanecen quietos.
Tipo combinado: Cuando aparecen, más o menos por igual, la inatención, la impulsividad y la hiperactividad.
Estos síntomas deben presentarse con una intensidad significativamente diferente a lo habitual según la edad y el sexo, durante al menos seis meses y antes de los siete años. Al mismo tiempo, deben afectar a la vida socio-escolar y familiar de forma clínicamente significativa. Además de las tres características principales de inatención, hiperactividad e impulsividad, otros síntomas importantes del TDAH son los que describimos a continuación: Causas del TDAH No se conoce con exactitud cuál es la causa del TDAH. Sin embargo, la hipótesis que más peso tiene hoy día es que se trata de un problema del desarrollo ligado a alteraciones genéticas en donde se pueden encontrar implicados varios genes. Esta anomalía genética produce alteraciones en la función de varios neurotransmisores (hipofunción), tales como la dopamina y la noradrenalina. Esta hipofunción se centra fundamentalmente en los lóbulos prefrontales (aunque también en otras estructuras subcorticales) que son los responsables de los procesos atencionales y de las funciones ejecutivas o de planificación. Diagnóstico diferencial No todo lo que parece TDAH lo es. Algunos niños pueden ser muy activos, pero eso no significa que tengan TDAH. Los niveles de atención, de impulsividad y de hiperactividad forman parte del temperamento, es decir, de la forma de ser de cada niño, por lo que desde que son bebés se pueden observar diferencias. En general, los niños de 2 a 3 años son muy activos e impulsivos, lo tocan todo, no miden los peligros y no permanecen más de 10 minutos en la misma actividad. Sin embargo, hacia los 5-6 años, los niños han madurado y tienen una mayor capacidad de control, por lo que son capaces de centrar la atención durante 20 o 25 minutos seguidos. Lo más importante para distinguir entre un niño con TDAH y un niño sin TDAH es la cantidad e intensidad de los síntomas, así como su permanencia en el tiempo y en diferentes situaciones. (Leer más sobre "Evaluación y diagnóstico del TDAH"... ) Comorbilidad La comorbilidad hace referencia a la asociación del TDAH con otros problemas. Los trastornos frecuentemente comórbidos con el TDAH son: trastorno oposicional desafiante, trastorno de la conducta, trastornos del aprendizaje (verbal y no verbal), ansiedad infantil y depresión infantil. (Leer más...) Tratamiento psicológico del TDAH La intervención adecuada para un niño hiperactivo requiere, por necesidad, un tratamiento combinado (farmacológico, psicológico y psicoeducativo) y un seguimiento a largo plazo. Los objetivos fundamentales del tratamiento son reducir la sintomatología del trastorno y proteger la autoestima del niño. La terapia psicológica favorece la evolución saludable del niño y el afrontamiento con éxito de los desafíos de su vida cotidiana en el entorno familiar, escolar y social. Por tanto, un tratamiento integrado y eficaz debe prestar atención a los padres, a los niños hiperactivos y a los profesores. Intervención con los padres: Una de las mejores formas de ayudar a un niño con TDAH es ayudar a sus padres: En primer lugar, explicamos a los padres en qué consiste el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), lo que facilita su compresión y la adopción de una disposición más positiva hacia el niño, así como la adquisición de una motivación imprescindible para hacer frente al problema.
En segundo lugar, enseñamos a los padres diferentes estrategias psicológicas de manejo de las contingencias y de control de estímulos para abordar adecuadamente el problema del niño, así como herramientas para hacer frente a su propio estrés y para controlar las situaciones de riesgo.
El comportamiento de los padres de un niño con TDAH supone cultivar, especialmente, una sana autoridad paterna. Los padres no deben tirar nunca la toalla, por imposible que parezca resolver la situación. Superar las dificultades de la vida cotidiana con naturalidad y armonía, sin dramatismos, con buenos modelos de conducta familiar, con exigencia, pero con cariño, es la mejor forma de establecer unos buenos criterios de funcionamiento familiar. Intervención con los niños: Los objetivos del tratamiento psicológico en niños con TDAH son los siguientes: Entrenamiento del niño en habilidades sociales, autorregulación, control de la irritabilidad y de la frustración y resolución de problemas.
Intervención con los profesores:
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