niños que vomitan

El vómito es una situación relativamente frecuente en la infancia que normalmente señala la presencia de una enfermedad, por lo que suele alarmar a los padres o cuidadores.

El carácter alarmante de los vómitos hace que, en este problema,  lo habitual es que los padres comiencen por consultar con el pediatra. En todo caso, antes de iniciar la intervención psicológica en un problema de vómitos persistentes, es necesario, que previamente se haya descartado la existencia de cualquier patológica orgánica (p. ej.: problemas gástricos) que fuera susceptible de tratamiento médico.

Causas y tratamiento psicológico de los vómitos

En los vómitos persistentes en la infancia, una vez descartado cualquier problema orgánico, lo más frecuente es observar la existencia de una relación funcional con determinadas situaciones, normalmente de rechazo (estén o no vinculadas con la comida), que suelen estar mantenidas por las ganancias secundarias (atención, evitación de obligaciones, etc.) que el niño recibe cuando se da el vómito.

Aunque lo habitual es que el vómito esté funcionalmente relacionado con alguna situación, sin embargo, no debe olvidarse la posibilidad (aunque sea poco frecuente) de que éste se haya independizado de la situación que originalmente lo provocaba y ahora se produzca de forma automática. En estos casos, lo que se observa es que las consecuencias del vómito ya no son reforzantes, sino neutras y frecuentemente desagradables, por lo que la intervención debe centrarse en enseñar a los niños a detectar cualquier indicio o señal que anuncie la aparición del vómito automático y eliminar dicha señal mediante una acción contraria. 

En la mayor parte de las ocasiones, apreciamos que los vómitos persistentes están relacionados con algún problema de alimentación (p.ej.: rechazo de alimentos sólidos, asco ante algún sabor, comer demasiado rápido, etc.), por lo que al solucionar dicho problema, lo habitual es que los vómitos desaparezcan. No obstante, como ya hemos mencionado, pueden darse situaciones en las que, una vez solucionados los problemas que originalmente los producían, los vómitos siguen manteniéndose por sus consecuencias. En este caso, es necesario indagar cuáles son exactamente las ganancias secudarias que el niño obtiene como consecuencia de los vómitos, ya que el problema sólo se solucionará cuando se elimine la contingencia entre vómito y ganancia secundaria.

Cuando los vómitos se producen como rechazo de una situación ajena a la comida, habitualmente el colegio, centraremos la intervención en dos vías:

• Por una parte, se deben averiguar los motivos por los que el colegio es desagradable para el niño y tratarlos adecuadamente ya que, frecuentemente, al solucionar el problema escolar desaparecen los vómitos.

• De forma simultánea, se deben abordar las conductas de evitación del colegio, que mantienen al niño en casa después de haber vomitado.

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