Bajo el síndrome de alineación parental, el niño desarrolla una actitud crítica hacia uno de sus progenitores y se niega a mantener relación con él predispuesto por el otro. Existen diversas estrategias que contribuyen al desarrollo del síndrome de alineación parental: Lo que obliga al niño a alinearse para poder sobrevivir psicológicamente es el temor a ser abandonado. Así, el niño termina compartiendo la misma forma de pensar y los mismos comportamientos que el progenitor alineador. El niño tiene miedo a no ser querido y, por esta razón, reprime todos sus sentimientos y emociones y garantizarse así la aprobación y el cariño del progenitor alineador. Esto impide que el niño desarrolle adecuadamente su identidad. Por su parte, el padre o madre alineador son incapaces de aceptar que su hijo quiere, necesita y se siente bien con su padre y con su madre, con los dos.
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