Características de los niños con baja autoestima

Hoy en día, es muy frecuente ver en nuestra consulta a niños con baja autoestima, siendo éste uno de los problemas más habituales que abordamos los psicólogos infantiles en nuestra práctica clínica diaria.

Sabemos que la infancia es una etapa fundamental para el desarrollo de la autoestima. Cuando un niño tiene una buena autoestima se siente seguro, competente y valioso. Es responsable y capaz de relacionarse adecuadamente con los demás y de pedir ayuda cuando lo necesita sin sentirse inferior.

Sin embargo, una baja autoestima puede generar en los niños sentimientos de desánimo, tristeza, agresividad, envidia o convertirse en hipercrítico de su propio comportamiento. Además, un niño con baja autoestima tiene muchas probabilidades de que este problema persista en la edad adulta.

Características de los niños con baja autoestima

Si bien la baja autoestima puede expresare en los niños de muchas maneras, las características más comunes son las siguientes:

• Miedo a equivocarse. Prefieren no contestar si no están  muy seguros de su respuesta.

• No valoran sus capacidades porque creen que no sirven. Confían poco en sí mismos. Se sienten inseguros. Aunque tienen capacidades suficientes no arriesgan, no hacen nada nuevo por si les sale mal. Tienen un gran sentido del ridículo.

• Se quejan  constantemente por todo. Esta actitud puede generar rechazo en el resto de los niños, lo cual se convierte en un círculo vicioso, ya que el rechazo de los demás hace que se confirmen sus quejas.

• Expresan sus pensamientos de forma negativa y en términos de nunca, todo, siempre o nadie: "Nunca hago nada bien", "siempre saco malas notas", "nadie quiere ser mi amigo", "no sirvo para nada", "soy un desastre", etc.

• Muestran una actitud agresiva. Aunque pueda parecer que estos niños están muy seguros de sí mismos, detrás de la agresividad suele haber una gran frustración. No saben cómo controlar sus ataques de ira.

• Les cuesta solucionar los diferentes problemas con los que se encuentran, ya que se bloquean ante los nuevos desafíos.

• Temen estar en contacto con otros niños por lo que puedan pensar de ellos. Les cuesta hacer amigos, son poco participativos y no se ilusionan mucho por los juegos de otros niños, lo que hace que éstos no les tengan en cuenta a la hora de jugar.

• Se dejan influir mucho por los demás niños.

• Buscan constantemente llamar la atención para conseguir la aprobación de los demás e interrumpen para que les presten atención. No hay que confundir este comportamiento con las rabietas típicas que tienen todos los niños aproximadamente entre los 2 y 3-4 años de edad.

No todas estas características se dan a la vez en los niños con baja autoestima, pero sí algunas de ellas y  de forma especialmente marcada.

Observar al niño y escuchar cómo habla de sí mismo y de lo que pasa es el mejor modo de tener información sobre su nivel de autoestima. De esta forma, si en el carácter del niño predominan la timidez, el nerviosismo, la irritabilidad o alguna de las características expuestas anteriormente, habrá que contemplar la posibilidad de que exista un problema de baja autoestima.

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